Aunque todo está en “San Google”, confía en el consejo de los profesionales sanitarios.
A continuación hablamos de las ventajas e inconvenientes de la cantidad de información sobre salud que podemos encontrar en internet y redes sociales. Sin embargo, el papel del profesional sanitario sigue siendo fundamental para contrastarla.
¿Cantidad o calidad?
No es ninguna novedad que el acceso a la información sobre salud en internet y redes sociales hoy en día es infinito. Sin embargo, no es cuestión de cantidad sino más bien de calidad. Quizá, la abundancia de información si no está contrastada nos lleve a confusión.
A veces se habla de “infoxicación” o sobrecarga informativa. En Neurologia.com se define como: la situación en la que la cantidad o la intensidad de información exceden la capacidad limitada de procesamiento cognitivo del individuo, pudiendo provocar efectos disfuncionales.
Algunos síntomas derivados de la sobrecarga informativa son la confusión, el retraso al tomar decisiones, la dificultad de comprensión, ansiedad, estrés, etc. Desde luego, nada beneficioso cuando tenemos una situación de salud no deseada.
Querer saber más para anticiparnos es lógico, pero a veces nos puede ocasionar confusión e inquietud.
Cada vez buscamos más información sobre síntomas y enfermedades, y en muchas ocasiones, antes incluso de acudir a la consulta con nuestro médico. Y eso no está mal, cada vez estamos más preparados y tenemos más conocimiento de la importancia de cuidarnos. Pero… ¿cómo sabemos si eso que leemos o escuchamos es verdad, tiene validez médica o científica? El problema desde luego no es de cantidad, sino más bien de calidad.
A veces, los pacientes podemos terminar más agobiados y desorientados si lo que nos dice nuestro médico no coincide con lo que habíamos encontrado en internet.
La importancia del consejo de los profesionales sanitarios
Como dice el (@DoctorCasado): “Aunque no se verbalice, los profesionales deberían saber que el exceso de información, o más correctamente de desinformación, afecta a la mayoría de las personas que acuden a consultar. El reto que tenemos encima de la mesa es cómo ayudar a la persona con una duda o problema de salud”.
Los profesionales sanitarios son los más indicados para darnos la información y consejos sobre la mejora de nuestra salud. Aunque requiere un gran esfuerzo por parte de los médicos, farmacéuticos y enfermería estar al día, es muy importante para poder mantener informado al paciente. Lo que ocurre es que la saturación del sistema sanitario les impide dedicar el tiempo necesario y, en otras ocasiones, nos explican las cosas de una forma complicada que no entendemos ¿verdad? ¿A qué eso te ha pasado alguna vez? Seguro que no es un tema de falta de conocimiento, sino más bien de competencias comunicativas y empatía hacia nosotros.
Cuando los pacientes salimos de la consulta del médico o de la farmacia, ¿tenemos siempre la información adecuada a parte de las correspondientes recetas? ¿Saben o quieren explicárnoslo bien? ¿Tienen tiempo para darnos consejos útiles que nos ayuden a mejorar los hábitos de vida? Responder a todas estas preguntas con un SÍ, sería lo ideal y contribuiría enormemente a motivarnos y animarnos cuando nos sentimos mal o algo nos preocupa. Su apoyo es fundamental para mejorar nuestra salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta la importancia de la educación del paciente en el abordaje de la enfermedad, pero no como una simple transmisión del conocimiento desde los profesionales de la salud, sino de forma que implique al paciente. Esto ha sido denominado “educación para el automanejo”.
El empoderamiento que acompaña al conocimiento a través de información veraz procedente de los profesionales sanitarios, influye en la aceptación del proceso e incluso en la adherencia al tratamiento, poniendo el foco en el paciente como protagonista con papel activo en el cuidado de su salud. (fundacióncaser.org).
Una adecuada información sobre salud es clave para saber cómo prevenir enfermedades o para simplemente cuidarnos más y sentirnos mejor. La esperanza de vida actual nos invita a aprender a evitar estar enfermos.
El cuidado de la salud es muy amplio y complejo, no consiste solo en prescribir y dispensar medicamentos. Cuando tenemos que seguir un tratamiento médico, es importante, además, tener muy claro cómo y qué otras alternativas pueden beneficiar a que ese medicamento sea lo más efectivo posible.
Porque… ¿cuál es el objetivo final de la información que compartimos los profesionales sanitarios? Ayudar a las personas a lograr el mayor bienestar y la mejor calidad de vida. Y ¿cuál es el reto? Comunicar desde la evidencia científica pero con claridad y sencillez para que los pacientes nos entiendan, para que la comunicación sea efectiva.
Si no nos entienden… ¡no les resultará útil!
Y ¿qué reflexiones podemos sacar nosotros los pacientes?
- Confiemos en los profesionales sanitarios que cada día, a pesar de sus dificultades, hacen un esfuerzo por mejorar su relación y comunicación con nosotros.
- Recurramos a “San Google” siempre que queramos, pero procuremos seleccionar fuentes de información elaboradas por profesionales sanitarios que tienen el conocimiento necesario para ayudarnos.
Por lo tanto, para poder solucionar este problema, se necesita un esfuerzo conjunto de, tanto los profesionales sanitarios, como de los propios pacientes. En cuanto a los profesionales, lo que se necesitará es el compromiso por su parte de informar adecuadamente al paciente tomándose el tiempo que sea necesario, y por parte del paciente, la predisposición a confiar en los profesionales y contrastar la información que recojan de internet ya que, en muchos casos, puede ser de dudosa procedencia.